martes, 11 de enero de 2011

Mi vida real

Se que es un tiempo para mí, todo para mí. Pero entre tanto ''mío'' me cuestiono por qué?. Se que eso es lo que tengo que empezar a sacarme de encima.
A veces digo en mi fuero interno si será una depresión que paso como en un avión sobrevolandola cosa que no me afecte hacia el exterior y dentro de mi alma se pelean en bosques y playas el bien y el mal, y la tristeza a la feclidad ... Pero después digo ''no, no puede ser''. No me siento triste, esa es la realidad, juro que no siento tristeza en absoluto. Pienso en Niní que ya no está y en vez de llorar como solía hacer antes, recuerdo los bellos momentos que pasamos juntas y me hace amarla cada día mas, obviamente que la extraño horrores pero eso no quita que la felicidad sobre los momentos que pasamos me abunde en plena vida.
Y hago fuerza para llorar a ver si me sale, pero nada pasa. Como la película esa donde Cameron Díaz hace fuerza para llorar, una cosa así.
Con lo único que logré llorar, y no es que lo busqué sino que me salió del alma, y tampoco es que estuve cuatro horas, sino que fueron unos minutos, es con el libro Crepúsculo que me regaló mi hermano para Navidad, es la Saga que mas odié en vida, y es la que mas me hace volar hoy.
Y lloré por la dulzura, por el amor, y ahí sentí que quizás me hace falta una compañía, no solo me refiero al sexo, sino, una compañía para todo. Una pareja con quien escuchar música, leer libros, recitar poemas, mirar películas, debatir sobre la sociedad, la política de aquí y del mundo, con quien tomar un café mirando el noticiero a la mañana, o estar tomando unos mates mirando friends por la warner. Alguien con quien hacerme cosquillas, a quien poder contarle si me salió lo que me tenía que salir o si tendré alguna posibilidad en la vida de algo. Alguien con quien hacer un viaje inesperado a donde sea, no importan mas millas, importa el hecho de ir, y fotografiar al aire libre, reirle a la vida, caminar de la mano, tomar un frappé en la calle florida y mirar a los bailarines de Tango, e ir a algun restaurant de la Boca y caminar por los conventillos, o mirar los museos de San Telmo.
Alguien con quien diseñar las cosas de la vida, no implica la vida en sí, sino todo aquello de caracter superficial, y el arte mismo. Alguien con quien ir al Malba, o correr en los Bosques de Palermo. Alguien con quien mirar al Planetario, o ir a visitar la cancha de Boca.
Sí, a alguien en fin.
Pero se que no lo voy a encontrar, ese es el punto. No es pesimismo es que no estoy preparada para nada.
Y la verdad es que no estoy pensando en esto todo el día ni todos los días, son flashes que se me vienen a la mente así de pronto, es como una ola de sentimiento que arrasa mi cordura y me deja flotando en nubes de pensamientos, de sentimientos.
Y cuando vuelvo a la normalidad ya no lo siento mas, es como que todo eso queda bajo tierra, vuelve el clima árido a mi alma, vuelve el desierto, y los bosques, las selvas, las lluvias, y sigo a pie sola. Y no necesito de nadie ni de nada. Me divierto sola, me canto sola, me hablo sola, me hago todo ... sola.
Y me auto abastesco, y estoy bien.

Estoy aburrida varias partes del día. No sé qué hacer, a dónde ir, con quién hablar.
Me divierto mas hablando con mi Mamá que con cualquier otra persona. Por que le hablo cuando quiero, y le digo lo que quiero.
Pienso, pienso, pienso qué es lo que puedo hacer. Ni siquiera tengo las ganas de buscar un trabajo para aunque sea ganar unos mangos como hice toda la vida para comprarme ''algo'' fuera lo que sea ... no tengo ansias de comprar, ni de nada ...
Estoy como en un Stand By del que no tengo ganas de salir, estoy vaga todo el día. Mi rutina se compone por dormir, comer, comer comer, dormir, comer, mirar tv, mirar peliculas, escuchar música, taringuear, twittear casi nada, y hacer NADA.
Y pienso, pienso, pienso, otra vez que es lo que podría hacer para no aburrirme mas. No sé. Ir al Malba, es muy lejos de mi casa, el viaje ya de por sí me da paja.
Ir a la Costanera, lejos también. Centro, lejos. San Telmo, lejos. Caballito, cerca, pero ni siquiera tengo ganas de ir ... Y ni siquiera tengo ganas de ir al centro de mi barrio a leer algun libro a la biblioteca, me los leo en casa, tranquila.
La otra noche, mis papás se fueron a comer afuera, NI EN PEDO iba a ir ... Creí que era un tiempo rico para ellos, un momento de despejarse de todo. Y no es que me sentí incómoda al ellos invitarme a que me les uniera, no es que pensé ''ay no quedo re mal'', nada que ver, es una acción espontanea, simple y sencilla que me sale de lo profundo de toda mi vida donde digo No, disfruten ustedes. Y me quedé feliz, tranquila, en mi casa, sola, leyendo, con música de fondo, recostada en mi cama, en piyama de verano ... me hice una pizza de queso rayado, con una cerveza congelada, y fui tan feliz que nadie me lo podía quitar.
Y disfruto de todo lo simple y sencillo. Y hay mucha gente que por este entonces cree que ademas de estar hundida en una profunda depresión cree que necesito de cosas materiales o momentos materiales para poder divertirme o poder estar bien.
Juro que si tuviera la oportunidad de quedarme tres meses mas encerrada en mi casa, me quedaría.
No saldría siquiera a comprar el pan a la esquina.
Disfruto mucho de estar encerrada en mi casa. Es super incoherente a aquella parte de mi vida aventurera donde solo quiero viajar.
El tema está en que hoy se que no dispongo de ningun fondo monetario para viajar y no me deprimo, no me aqueja, no me disgusta, al contrario, creo que tengo que aprovechar de este momento solo para mi, para disfrutar de todo aquello que me haga bien y me siente bien aquí conmigo. Y todo eso lo encuentro en las cuatro paredes de mi habitación donde no me pregunten que es lo nuevo de cada día pero mis sentimientos afloran todos los días de un modo distinto.
Un soundtrack de fondo, una opera, una cantata, una sonata, una película, un libro, una revista, el diario de los domingos, las estrellas y el sol que se ven de la terraza, la gente que pasa caminando por la calle que se ve desde la ventana que da a la vereda, el patio con mis plantas, mirar el techo de mi habitación, pensar en nada, por que la verdad es que no pienso en nada (hablando de aquellos momentos en que no recaigo en el pensamiento que planteé anteriormente), no sé, me siento de otra galaxia.
Nada me preocupa, nada me disgusta, no me pasa absolutamente nada.
Se obviamente que dentro de poco voy a empezar nuevamente con los trabajos de la Ong, y algun trabajo que me de dinero, y la facultad, etc.
Pero siento que hay algo en mi que cambió totalmente.
Y me siento mal quizás al decirlo pero no necesito de nada ni de nadie para estar viva. Quizás sea por eso que a veces siento la necesidad de alguien que me de todo.
Me siento en estado vegetativo, y si algo de afuera quiere entrar en mi burbuja, me perturba la existencia. Y no lo hago por maldad, juro que no tiene nada que ver con eso, me sale solo, es la manera en que yo estoy bien y me siento tranquila, aunque hay días que inevitablemente estoy nerviosa.
Hay veces que pienso en si este aislamiento de la vida no me repercutirá de manera negativa cuando tenga que socializar por obligación a la sociedad ...

En fin ...

Me voy a mirar una película, con una taza de café, siendo las 02:38 a.m. de un 12 de enero de 2011.